viernes, 24 de febrero de 2012

¿LOS GUERREROS NUNCA MUEREN?



 
Me encontré con esta foto, esta mañana, en el perfil del facebook de una buena amiga que, al igual que yo, es hincha del poderoso. Yo también me lamento por las tres vidas que se perdieron en este accidente; lo que no puedo es dar categoría de héroe a quienes hicieron algo que no tiene nada de heroico.

En primer lugar, las personas que han fallecido son menores de edad que, en vez de ser trotamundos de su “equipo del alma”, tendrían que estar estudiando y preparándose para ser personas de bien. No puede ser que unos niños abandonen sus estudios para seguir a un equipo y lo único que reciban de sus padres es una actitud resignada de personas que ven cómo sus hijos salen todas las semanas a distintas ciudades del país y no son capaces de poner el orden en sus vidas. Yo no veo nada de épico en personas que abandonan su educación por cosas que son accesorias en la vida de cualquiera, por mucho que sean las cosas del equipo que siento que es “mi vida… mi alegría… lo más grande que tengo en la vida”[1]

Efectivamente, hay personas que abandonaron sus estudios y se han dedicado a vivir la vida de forma heroica:
        
     En 1691, Sor Juana Inés de la Cruz, poeta y humanista mexicana, abandonó sus estudios y se dedicó a la contemplación y fruto de eso, surgieron varios escritos que son productos venidos de la experiencia mística y que son reconocidos por los humanistas y amantes de la poesía en el mundo[2].
      Estanislao Zuleta (pensador antioqueño), “Cuando cursaba cuarto de bachillerato abandonó los estudios y se dedicó a estudiar por su cuenta.  A partir de ese momento incursionó en los campos de la literatura, historia, filosofía, teoría del arte, ciencias sociales”[3] y es reconocido por el aporte que hizo a la vida universitaria e intelectual en Antioquia.

·        Monseñor Oscar Arnulfo Romero, cuando tenía doce años, abandonó sus estudios y se dicó al aprendizaje de la música y la carpintería y eso le sirvió para tomar partido por los oprimidos en las dictaduras del Salvador hasta dar su vida y ser reconocido como “el profeta y mártir de las Américas”[4].
Lo que no se puede decir es que hay mucha gracia en que unos jóvenes abandonen su estudios por seguir a un equipo.

En segundo luga, no tiene nada de heroico desobedecer a los padre: en la edición de Q’ hubo de hoy algún familiar de uno de los fallecidos afirmaba que los padres le insistían en que debía estudiar, que no debía seguir saliendo a acompañar a su equipo de esa manera porque pasaría grandes peligros cada que emprendieran un viaje. Este familiar relataba cómo, a pesar de ello, la joven se perdía unos días antes del partido de visitante y regresaba dos o tres días después.
En el siglo VIII, Santa Librada desobedeció a su padre que la había prometido en matrimonio, pero para abrazar la castidad; al igual que Santa Cecilia en el siglo II. Pero exaltar la conducta desobediente de unos muchachos por estar detrás de un equipo es deformar la imagen de las actitudes heroicas.

En tercer lugar, no se puede igualar la imprudencia con el heroísmo. Los relatos del hecho afirman que estos muchachos emprendían sus travesías sin un peso en el bolsillo. Motivo por el cual, seguramente los integrantes de la rexixtenxia norte los consideran “guerreros” (ver la foto del inicio). Pero no puede compararse esta actitud con un acto de guerra, porque hasta para la guerra se aprovisiona a los soldados con dotación y raciones de campaña. El hecho de partir sin dinero de un lugar a otro (con excepción de situación dramática y urgente) es una decisión imprudente porque no sólo se parte poniendo la vida en manos de la suerte, sino que también se cierran las puertas auna posible comunicación con los seres queridos en caso de emergencia.

En otro aspecto de la investigación que han hecho los medios sobre accidente, nos encontramos con que estas personas viajaban como polizones en un tracto-camión. Este hecho no es sólo una imprudencia sino un delito; la ley tipifica esta conducta como tal, precisamente porque hacer estas cosas pone en peligro la vida de las personas. Yo imagino que hoy nadie pone en duda la peligrosidad del viajar “coliado”. Si viajar como polizón se tipifica como delito, entonces no podemos ponderar la conducta de unos jóvenes que se movilizan delictivamente. 


En conclusión, me parece que este accidente tiene que hacer algo más que producirnos tristeza por la partida de los muchachos; que tiene que producir momentos de reflexión:

·         Para los padres: que puedan entender que hay veces hay que ejercer la autoridad con sus hijos porque lo que está en juego es la vida de los mismos.

·        Para los jóvenes: que piensen antes de actuar, que no hagan las cosas movidos por la pasión, porque la pasión es la peor de las consejeras.

·         Para los aficionados: que no convirtamos en actos heroicos la pérdida de vidas de los que actuaron utilizando mal su juicio. Que entiendan el futbol como lo que es: un juego que empieza en el minuto cero y termina en el noventa, que caigan en la cuenta que antes y después de los partidos lo único que hay que hacer es vivir de la mejor manera posible.

muchachos, que descansen en paz,
que ahora que se alejan del equipo de sus amores, se encuentren con EL PODEROSO que los ama y los recibe con inmensa alegría en su gloria,
que el ejemplo de su muerte sirva para que se eviten muchas otras de muchachos como ustedes.
desde hoy oro por ustedes y espero que ustedes, desde la casa del Padre, oren por nosotros.