«También es semejante el Reino de los Cielos a una red que se echa en el mar y recoge peces de todas clases; y cuando está llena, la sacan a la orilla, se sientan, y recogen en cestos los buenos y tiran los malos. Mt 13 47-48
Para que esta palabra nos sirva para la vida, es bueno que nos pongamos en la posición del pescador, puede ser del pescador de nuestros ríos y mares colombianos. Fijémonos que en nuestras aguas los pescadores tiran sus redes (llámese atarraya, llámese chinchorro), se toma el tiempo para que todos los peces queden atrapados en ellas y, llegado el momento oportuno, recoge la red y saca los peces y hace la selección sacando los buenos y desechando los malos.
Pero resulta que los malos no son malos, lo que pasa es que no están listos; los peces que se desechan se devuelven al agua porque tienen problemas de tamaño o de peso y no pueden ser comercializados por los pecadores. En ese orden de ideas, podemos concluir que los malos no son malos sino que no están listos.
Si hacemos la comparación con el texto del evangelio, entonces podemos comprender que ante la propuesta del reino, que es para todos, algunos están preparados y se identifican con los peces buenos y otros no lo están y se identifican con los malos. Y así como los peces malos no están preparados por cuestiones de peso y talla, tendríamos que pensar sobre el por qué no están preparados estos que no han aceptado la propuesta del reino.
Pudiera ser que no están listos porque les falta fe: este tipo de personas son aquellas a las cuales el Reino no les dice nada porque para que signifique se debe tener el presupuesto de ser una persona de fe. Recordemos que sin fe, la palabra reino significa el acontecimiento materialista de aquel que tiene el poder y el dinero para estar por encima de los demás. Sólo desde la fe se puede entender el reino como una propuesta de vida alternativa capaz de cambiar al hombre y mirar la historia y a los hermanos con los ojos de Dios, Y si no creo en Dios ¿Cómo hago para poder ver y actuar Diosmente?
Algunos otros no están listos porque les falta Esperanza: la esperanza es la capacidad de poner el corazón en las realidades futuras, en las realidades eternas; es el acto de no perder la alegría porque no se tiene en las cosas pasajeras sino que se tiene en el tiempo eterno, en la patria eterna. Esperanza es vivirlo todo, esperándolo todo. Cuando se vive la experiencia del Reino de Dios, se asume la vida de quien vive la vida como anticipación temporal de lo que espera vivir eternamente y ¿sin esperanza cómo se hace?
Por último, algunos otros nos están listos porque les falta amor: son aquellas personas que están condicionadas por sus actitudes egoístas, son aquellas que tienen excesivo amor propio, de tal manera que en el corazón no cabe el amor por los demás. Es claro que la dinámica del Reinado es aquella en donde yo pongo a reinar a Dios haciendo que mi hermano sea mi rey, es decir, no se puede vivir el Reino dándole la espalda a los hermanos y ¿si el corazón no es capaz de amar cómo hago que mi hermano reine?.
La pregunta clave sería entonces esta:
¿En cuál de los grupos de personas a los que reciben la invitación del reino de los cielos?